Wednesday, November 6, 2013

Las producciones colombianas apestan.

Cuando uno aprende a codificar cada signo, y sabe que nada de lo que toca, ve, come, es casualidad, comienza a ser dolorosamente consiente de las cosas. 

La verdad yo no entiendo porqué la gente se aterroriza cuando ve las noticias o lee en El Espacio hechos macabros, si se alegran y exitan con las novelas de la noche en los canales nacionales. 

No veo la diferencia entre las noticias que alarman de gente inhumana que mata porque sí y esas series de la televisión. Yo pensaría más en una reacción de exaltación y adrenalina frente a un hecho de violación y asesinato infantil. Finalmente nosotros mismos alabamos esos actos al ver RCN en las noches. 




Yo sé que nos encanta la violencia y muerte, la violación y el sufrimiento, porque es lo que más consumimos. Entonces cuando estallen una bomba en alguna ciudad o pueblo o iglesia, ¡Hagamos una fiesta! estamos viviendo lo que vemos o ¿a quién no le gustaría ser protagonista de su novela favorita?

Lo que más me duele es que nos inculcan matar, venganza, que la dignidad de la otra persona no importa y cuando suceden atrocidades nos preguntamos ¿Por qué?

¿Por qué la gente ahora es tan intolerante? ¿Por qué hay muerte tan frecuente? Y pensamientos como: ''Mejor no le peleo al señor del bus o del taxi, es mejor evitar problemas, que tal dar con un resentido que quién sabe que termine haciéndole a uno.''

¿Será que la respuesta no está en esas grandiosas producciones nacionales que hacen nuestros ''creativos productores''? Qué va, es tan sólo un programa. 

Bien, pues ver actos en la televisión y asimilarlos como normales o correctos, es una cosa, y otra es trasladar esos comportamientos a la vida real y sentir cómo son el pan de cada día. Porque cada día esto es una jungla más salvaje y la única regla que hay es la ley de supervivencia. Y si antes había UN Pablo Escobar, ahora hay muchos Pablitos Escobares regados por Colombia, porque él fue vendido como un super-héroe colombiano, y todos quieren seguir figuras grandes, tal como él nos fue mostrado. Todo esto gracias a su patrocinador el canal Caracol, quien se esmera en engendrar estas creaturitas y les enseña fielmente que el dinero fácil sí se puede, que la droga es lucrativa y a las niñas las enseña a ser prostitutas. Que después las mamás no reprendan a sus hijas por ser pequeñas puticas, recuerden que vieron juntas Las Muñecas de la mafia. 

Sin embargo este comportamiento que engendramos bajo Caracol y RCN no es lo único que siembra mala semilla. Además de todo, esas  novelas no son más que un gran discurso. Un discurso que lo único que hace es contarnos: ''Somos unos malditos bastardos, violentos y salvajes. Que venimos del narcotráfico y seguiremos en él por los siglos de los siglos amén'' 

Y lo cuentan, lo recuerdan y lo recuentan. Que si bien, algún día pasó, es totalmente necesario homenajear esos hechos, engrandecerlos y trasmitir el conocimiento de pistolas cargadas y piernas abiertas. Porque nosotros no somos más que eso. 




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