Thursday, October 31, 2013

Me encontré un gen arcaico

Es usual que las mejores ideas las tenga en el trasmilenio, y que jamás vuelvan porque no tuve en donde escribirlas. Pero hoy no fue así, en realidad no fue una idea, fue un recuerdo con una idea. 

Iba pasando por la 39 con caracas y recordé que una cuadra hacia los cerros hay un restaurante que se llama San Marcos. Ese restaurante no tiene nada especial, venden lasagna y ya. Pero lo que me hizo extrañarla fue que hace mucho tiempo no regreso a comer allá. 

A veces me pasa que, aunque puedo entender las cosas, hay situaciones que me dicen ''Realmente no lo entendiste, porque hasta ahora lo entiendes''. Y sí es así, porque hoy entendí que el restaurante de la 39 con 7º, San Marcos, es un lugar sagrado para mí. Un lugar de axis mundi en donde las fuerzas del cielo y del infierno se juntan, en donde existe un cosmos eterno, de tiempo circular. 

Puede sonar raro, pero desde que era pequeña mi abuelito Eduardo me lleva allá, la última vez fue hace un año, y sólo he ido allá con él. Creo que eso lo hace importante en mi vida, por eso es un lugar sagrado. El restaurante de mi abuelito Eduardo y yo, por tradición, el de las invitaciones especiales.

Antes nos íbamos en bus, pero como después pusieron trasmilenio, entonces nos íbamos en trasmilenio. Y hoy precisamente, el bus se detuvo en frente de una tienda de mala muerte que se llama el Indio Amazónico (por lo menos le pusieron tilde). Esa vista la tenía cuando de regreso esperábamos transporte en la estación. Cogíamos un D70 con parada directa al Polo, en donde nos bajábamos.

Y así, creo que hasta hoy pude entender bien, que es eso de los lugares sagrados. De esas cosas que resultan inamovibles en nuestras vidas, sin importar que diga la moda, el cambio, el ''progreso''. Creo que siempre habrán cosas que conservarán un sentido por más baratas, antiguas o simples que sean y ese es el valor que ''no tiene precio'', el valor más grande que pueda tener algo.