Friday, July 26, 2013

Un solo segundo y no más para vivir

Los recuerdos son instantes, segundos capturados en nuestra memoria, sin antecedente ni procedente claro. 
Y una fotografía es la incapacidad de la permanencia, pero la terquedad de la eternidad. 

Enero de 2013 en Cartagena, habíamos estacionado el carro cerca al mar junto a un puerto. Seguramente crucé la avenida para llegar a la playa y recuerdo que me percaté de una canoa anclada en la arena, me gustó y le quise tomar una foto, mi mamá me posó en frente de la cámara y mi foto no fue 'La canoa y el mar' sino fue 'Mi mamá en la playa' dando cuenta de cada minuto en Cartagena. 

Ahora veo la foto y siento que no es sólo una imagen plana, es la ilusión del sonido del mar cuando el agua choca contra las rocas, el movimiento del momento cuando mi mamá se paró frente a mí y segundos después ya no estaba. El sol, la claridad, la temperatura, el cielo azul. 

A veces siento que las fotografías ''parecieran ser'' pero no son. Parecieran ser el momento, pero no son el momento; parecieran ser la persona, pero no son la persona. Parecieran ser juventud, parecieran ser belleza, parecieran ser felicidad. Parecieran congelar el tiempo, encampsular el viento, el frío, el aroma, el sonido, los lugares, los amigos, el amor. Pero no. 

De 24 horas un segundo se toma, se detiene y se deja ir en sólo oprimir el obturador de una cámara fotográfica.