Tuesday, May 14, 2013

Un cuerpo incompleto


El cuerpo no es suficiente, y si es suficiente, no estoy conforme.

Unas veces por idealizar, otras por experimentar, y otras por sobrevivir. Pareciera que nada es suficiente. El lienzo ya no alcanza para pintar o el yeso para expresar, ahora el cuerpo pasa a ser la “obra en sí misma”.

Unos hacen performance, y se autoproclaman artistas, pero otros que si conocieran cuan ambiguo es éste campo, podrían ser bienvenidos, pues sus experiencias desastrosas los harían “exitosos”. Cuando veo lo que gente como Flanagan hace en busca de una casi auto-destrucción de su cuerpo, pienso que si bien su obra hace parte entrar en una reflexión del dolor o la enfermedad o yo qué sé, entro en un absurdo cuando veo al mundo que en realidad sí es un performance por “sí mismo”. Y asimismo pienso ¿por qué Sterlac entra en una clase de arte con sus experimentos y expansiones del cuerpo?, ¿cree que no son suficientes dos orejas y necesita otra? Es decir, ¿por qué entrar en un estado de violación del cuerpo? Y no sólo los que dicen ser artistas con sus performances masoquistas como Marina Abramović, sino también aquellos que hacen performances con su cuerpo y que no saben que pueden ser artistas, como las mujeres que se transforman con sus senos siliconados, nalgas, labios, y hasta toda la cara inflada y postiza, o los travestis y transformistas, con su afán de llegar al cuerpo ideal.


Si yo me dejara embriagar de los complejos conceptos que traen detrás todas estas manifestaciones, podría caer en la trampa de reflexionar acerca del cuerpo y sus opciones como materia de uso, materia de arte como lienzo, del cuerpo enfermo; reflexiones acerca de los límites, del sufrimiento y dolor y eventualmente llegar a una catarsis.



Pero no, la reflexión me llega cuando dejo de ver los performances pensados y programados, llega cuando veo al mundo. Y me doy cuenta que la vida y lo que se podría llamar destino lleva a gente a límites, al profundo dolor, a la pérdida, a la necesidad del “cuerpo post-humano” para vivir medianamente normal. Que si Sterlac se hace implantes por experimentación y se pone cuerpos externos falsos, Gervasio Sánchez muestra cómo la gente sortea los rastros de la guerra, tras dejar a niños mutilados y con prótesis. ¡Qué artistas son ellos!, pero no lo saben. Éste fotógrafo es apenas un ejemplo de los verdaderos performances, pero son muchos, actuales y muy cerca a nosotros, gente que está en constante acción. Pero no los vemos, tal vez porque ellos no saben que son artistas.




Y mientras unos quieren llegar al dolor, al sadomasoquismo y a límites, otros, sin ser artistas ya padecen el sufrimiento por cosas de la vida. Pero ellos nunca quisieron ser performáticos de su propia vida, y sin embargo sus vidas serían toda una obra de arte si se pusieran en evidencia frente a una galería.


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