Monday, February 18, 2013

Aquello de Ser o Parecer

Siempre he creído que dentro de una negación lo que hay es una afirmación contundente.


Insensible, de plástico, vacía, probablemente muy linda (no, es el maquillaje). Usable y desechable. 



No. Primero, yo soy una mujer. 



Tengo 19 años, tal vez no sepa mucho acerca de ser mujer, tal vez la vida ha sido condenscendiente conmigo y soy una chica libre con voz y voto. Sin tener conocimiento de maltratos, violaciones o sufrimientos tales como lo tienen madres cuando sus hijos son secuestrados o asesinados, por ejemplo. 

Con el auto-retrato quiero tocar un tema de pronto banal, y es que me causa intriga la importancia que se le da al físico de una mujer diariamente, como si el valor de una mujer fuera directamente proporcional a su belleza. 


Todos los días los medios de comunicación tienen la difícil tarea de destruirles el autoestima a un montón de mujeres gordas, mujeres con la piel manchada, con celulitis, mujeres bajitas,  a lo que se le denominarían feas. Y en su tortuosa-continua tarea de aniquilamiento moral: vía espejo, los comerciales se jactan de exhibir maniquíes muy bien confeccionados por el cirujano plástico... ¿el Dr. Ernesto Andrade, tal vez? al que felicito por hacer un excelente trabajo con nuestra farándula, y nuestras ''Reinas de belleza'' claro. Y es que hasta los noticieros, tienen que tener 'Barbies' en pantalla.


Y hablando de barbies, como que todos nos lo tomamos muy en serio. Entonces si en la televisión, películas, novelas; revistas; internet muestran la belleza como la de la muñeca de 30cm, todas las mujeres para ser hermosas tenemos que seguir el prototipo


Pues no, soy gorda, ¿y qué?. ''-Pues a hacer dieta'' diría mi madre, y si tengo la cara manchada, a comprar corrector, base, polvos y cremas aclaradoras para usar por la noche. Porque es que resulta que el modelo de mujer hermosa barbie o en su efecto Laura Acuña, Jessica Cediel, Carolina Gomez, Paola Turbay, Sofía Vergara, no sólo fue vendido a mujeres, sino también a hombres. Por consiguiente los hombres quieren barbies, y las mujeres quieren ser barbies. 


Y seguimos tomándolo todo muy en serio: si el tipo llega a levantarse una vieja buena, ya la mujer es objeto de exhibición, por lo tanto es tratada como tal, un objeto, y ojalá sea sexual. Y si hoy una chica goza de tener los atributos demandados por la sociedad presumirá de sus tetas y culo, que digo, pecho, cola y cintura en facebook y twitter. Porque es que las barbies son para mostrar. 


Envuelta en este mundo bombardeado de imágenes continuamente, todas idealizadas, nada detendrá el hecho de que todo lo que me rodea pretenderá contarme lo que debo ser, cómo debo lucir, lo que debo usar. Sólo me queda convencerme todos los días frente al espejo de que soy hermosa como soy y no como me dicen que podría ser. Convencerme que primero, yo soy una mujer. 



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